La primera oración del título de este post es una afirmación con la que coincido. No se trata de una apreciación filosófica, no.
Con esta frase intento explicar el por qué de un blog que se ocupa de cómo administrar el presupuesto familiar. Por qué es importante prestar atención y saber cómo manejar nuestras finanzas personales.
Más allá de que, desde el punto de vista filosófico, hay muchas cosas que nos hacen felices y que el dinero no puede comprar (como dice la propaganda de una tarjeta de crédito), la tranquilidad financiera de nuestros bolsillos tiene que ver con cuestiones que van mucho más allá de cuánta plata tengamos.
El dinero no hace a la felicidad, pero la falta de él puede hacernos infelices
Y con todos estos inconvenientes, es difícil que podamos disfrutar y ser felices. Las dificultades de dinero nos pueden generar importantes dolores de cabeza y un deterioro de nuestra calidad de vida.
La cantidad de dinero no es lo importante
El presupuesto busca un equilibrio entre dos partes: los ingresos, por un lado, y los gastos, por el otro. Si sólo tenemos en cuenta los recursos (el dinero que tenemos o el que nos ingresa cada mes), estamos perdiendo la otra “pata.
Para poder tener una relación saludable con nuestro dinero, ambas cuestiones, cuánto ganamos y cómo lo gastamos, son importantes, y me animo a decir que la segunda es más relevante que la primera.
En resumen, lo verdaderamente importante no es tanto cuánto dinero tengamos sino cómo lo administramos y no sólo en un momento, sino a lo largo del tiempo.
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