Mi Dinero

Préstamos: qué evaluar antes de pedir un crédito

01/10/2018

pedir-un-préstamo

Aunque la mayoría de la gente suele fijarse solamente en la cuota que tiene que pagar, hay otras cuestiones, como el costo total, que se deben analizar.

En momentos de altas tasas de interés, asumir un compromiso de pago a través de un nuevo préstamo no suele ser una buena idea. Sin embargo, a veces es necesario porque tenemos una urgencia y no tenemos dinero, o hay una oportunidad para aprovechar, o bien, queremos cancelar o refinanciar otra deuda que se nos complica pagar.

Las condiciones

Cualquiera sea la situación, antes de sacar un crédito hay varias cuestiones para evaluar.

Tasa de interés. Esta es la tasa de interés nominal, que se expresa en porcentaje anual (TNA). Este es el primer elemento importante para ver, pero hay que tener en cuenta que no expresa el costo total, sino que este es mucho más alto.

Es lo que el prestamista nos cobra para adelantarnos el dinero que necesitamos por determinada cantidad de tiempo. Se aplica sobre el saldo deudor (el monto inicial menos el capital que vamos cancelando cada mes).

Tasa de interés en UVA. En el caso de los créditos expresados en Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), la tasa de interés es real (es decir, descontada la inflación) y es fija por encima de los precios. También hay que tratar de que sea lo más baja posible.

Costo financiero total (CFT). Esto es lo que nos sirve para saber lo que realmente nos cuesta un crédito. También está expresado en un porcentaje anual y se suele tomar con y sin IVA.

A la tasa nominal anual (TNA) le suma otros gastos fijos y variables del préstamo como:

  • Gastos de otorgamiento. Es un monto inicial que se deduce del dinero que nos prestan. Por lo tanto, el interés real hay que calcularlo sobre la plata que efectivamente queda disponible.
  • Gastos mensuales. Son todos los gastos administrativos (mantenimiento de cuenta, paquete de productos, envío de resumen, etcétera) que se suman a la cuota.
  • Los intereses de los préstamos (salvo los hipotecarios para vivienda única familiar) pagan IVA del 21%. Además, hay impuestos provinciales de Sellos que dependen de cada jurisdicción.
  • En algunos casos, las cuotas implican el pago de determinados seguros que también deben sumarse.

Si se agregan todas estas cuestiones, el CFT puede ser bastante más alto que la TNA.

Monto. Por supuesto que el crédito que vayamos a tomar estará en función del dinero que se necesite y el destino (no es lo mismo un préstamo personal, que un prendario para comprar un vehículo, o un hipotecario para adquirir o construir una vivienda).

En situaciones de altas tasas de interés no es conveniente tomar una deuda por un monto mayor al que se necesita.

Hay que considerar que, en algunas ocasiones, sacar un monto más alto implica peores condiciones. En este caso, hay que analizar si no conviene pedir menos dinero y ajustarse por otro lado.

El monto también depende de nuestros ingresos.

Plazo. El tiempo en el cual se devuelve el dinero depende de varias circunstancias pero hay que tener en cuenta algunas reglas básicas

  • El monto. El plazo tiene que estar en relación con el monto que se solicita. No se puede devolver poco dinero en muchísimas cuotas porque se pagan muchos intereses sin necesidad. Al revés, un monto grande tiene que tener varias cuotas para que se puedan pagar.
  • El tiempo de “uso”. El plazo tiene que tener relación con el destino. Como regla general, no hay que devolver el dinero más allá del tiempo en el cual vamos a usarlo. Ejemplo: si compramos un auto y planeamos venderlo a los 4 años, el crédito prendario no debería ser más largo; en el caso de ropa, que necesitamos todas las temporadas, no debería extenderse más de seis meses; para pagar vacaciones, no debería superar los 12 meses si viajamos una vez al año; una vivienda, la podemos pagar en más de 10 años.
  • Cuota accesible. Si es dinero para cancelar un gasto imprevisto o refinanciar otra deuda, lo que tenemos que ver es el plazo que combine el menor costo posible con una cuota accesible.

Hay veces que, los créditos de mayor plazo tienen tasas más altas. En estos casos, hay que analizar bien el caso concreto, para ver si se pueden pagar las cuotas en menos meses.

Cuota. El monto que uno se compromete a pagar por mes tiene que ser cumplible. Contraer una deuda que no se puede pagar en tiempo y en forma sólo trae dolores de cabeza ya que obligará, en el futuro, a refinanciarla o sacar otro préstamo para tapar este.

Según el tipo de préstamo, la cuota puede ser:

  • Fija en pesos. Es el préstamo tradicional de tasa fija. En este caso, con la inflación la cuota se va licuando con relación a los ingresos. Pero tiene la contra de que la tasa es demasiado alta si la inflación es elevada y se mantiene en ese nivel por todo el plazo.
  • Fija en UVA. Los préstamos en UVA tienen cuota fija en esta unidad de medida pero, como la UVA sube con la inflación, la cuota en pesos también aumenta. La cuota no se licúa, si los ingresos siguen, más o menos, el recorrido de los precios, el monto a pagar por mes se mantiene relativamente estable respecto del ingreso. Pero hay meses que puede quedar desfasada.
  • Variable en pesos. La cuota varía, si la tasa de interés es variable. Es más ventajoso sacar estos créditos cuando las tasas son altas, porque es de esperar que bajen en el futuro.

En los créditos UVA es importante no comprometerse a la mayor cuota que se puede pagar en ese momento (con números muy ajustados) sino dejar un margen por si la inflación sube más que los ingresos durante un período de tiempo, para evitar quedar descalzados.

Otras condiciones. Hay otras cuestiones que hacen que una persona tome o no un préstamo. Entre ellas:

  • Garantías. Es lo que se ofrece para avalar el pago y suelen tener costos. Un préstamo prendario para comprar un vehículo tiene costos de prenda, en cambio si se lo adquiere con un crédito personal, no.
  • Hay líneas crediticias con muy buenas condiciones, pero para destinos específicos que se quieren impulsar. Si estamos dentro de ellos, podemos aprovecharlos.
  • Entidades exentas. Hay instituciones que otorgan créditos (como las cajas profesionales, por ejemplo) que no tributan IVA, por lo tanto, no pagan este impuesto sobre los intereses.
  • Cancelación anticipada. Si tenemos pensado cancelar antes del plazo final, debemos averiguar los costos.
  • Límites disponibles. Hay que tener en cuenta que, en general, una misma entidad no otorga dos veces el mismo crédito a la misma persona. Entonces, si vamos a tener distintas necesidades, hay que elegir dónde pedir el dinero en función de lo más conveniente en cada caso.

Cómo comparar

Si tenemos dos o más opciones disponibles, la variable relevante para comparar unas con otras es el Costo Financiero Total (CFT) con IVA.

Pero, siempre tiene que ser con las mismas condiciones de monto disponible (restados los gastos iniciales) y plazo.

Cancelar otra deuda. La comparación también hay que hacerla. En este caso, también el CFT es la primera variable a analizar. Pero, aquí puede hacer falta estirar los plazos y, en este caso, el costo puede ser más alto. Lo importante es que la cuota sea accesible para poder pagarla sin atrasos (que suelen ser mucho más caros por los punitorios).

¿Te resulta útil nuestro contenido? Apoyá nuestro trabajo con un cafecito:

Invitame un café en cafecito.app

Por: comunidadpresupu-admin

Comentarios

4 respuestas a “Préstamos: qué evaluar antes de pedir un crédito”

  1. Hugo dice:

    Buena info. Me sirvió. Muchas gracias y saludo!

  2. marcela dice:

    que es la tasa badlan o algo así ??

Deja una respuesta